miércoles, 9 de enero de 2008

Cómo se produce la celulitis

Existe prácticamente una unanimidad de criterios entre los diversos especialistas en diferenciar cinco fases en la formación del tejido celulítico, o más bien en las etapas en que se produce la desestructuración del tejido subcutáneo que va a dar lugar a la formación de la celulitis.

1ª Fase: No tiene una manifestación clínica y por lo tanto es prácticamente imposible diagnosticarla. Se caracteriza por un enlentecimiento de la microcirculación venosa y linfática. Los vasos se dilatan y la sangre permanece en ellos más tiempo del habitual

2ª Fase: Debido a la persistencia del estasis sanguíneo, y de la vasodilatación, la pared de los pequeños vasos venosos y linfáticos se hace más permeable dejando salir líquido al exterior. Es lo que se denomina edematización del tejido conjuntivo. Este líquido es muy rico en electrolitos (fundamentalmente sodio) y en mucopolisacáridos.

3ª Fase: Esta inundación conlleva una serie de reacciones químicas ya que estas sustancias extrañas crean un compromiso de presiones al ocupar un espacio que no es el apropiado, dificultando todavía más la nutrición correcta de las células grasas que se localizan en su alrededor. Es lo que se denomina fenómeno de hiperpolimerización de los mucopolisacáridos, en el que asistimos a una transformación del líquido seroso en una sustancia geloide, más densa, que todavía entorpece más los intercambios de nutrientes entre los vasos y las células adipocitarias. Estas células al no poder verter sus metabolitos al torrente microcirculatorio, se hipertrofian aumentando considerablemente de tamaño, pudiendo llegar, incluso, a romperse y verter al exterior su contenido graso y tóxico.

4ª Fase: En el transcurso de algunos meses se produce un fenómeno de proliferación fibrosa en la que la sustancia fibrosa de la dermis e hipodermis se organiza en fibrillas translúcidas, hinchadas y turgentes formando auténticas redes que engloban a todos los elementos: células grasas, vasos venosos, linfáticos y nervios, dificultando todavía más los intercambios nutricionales entre los vasos y las células. La compresión de las terminaciones nerviosas se manifestará en forma de dolor, y la compresión de los adipocitos da lugar a la apariencia de acolchado típica del fenómeno celulítico.

5ª Fase: La evolución de la fase anterior se traduce en una auténtica fibrosis o esclerosis cicatricial que comprime a células, vasos, linfáticos y nervios, y se organiza en forma de micronódulos que al unirse entre sí da lugar a los macronódulos que a veces podemos palpar en las zonas celulíticas. Parte de estas mallas traccionan de las últimas capas de la piel formando ondulaciones características que denominamos “piel de naranja.”


¿POR QUÉ SE PRODUCE?

La celulitis es un proceso multifactorial, raramente hay un único motivo al que podamos responsabilizar totalmente de que ésta aparezca. Sabemos y podemos precisar una serie de factores predisponentes y que estadísticamente se asocian con su presencia:



Factores endocrinos: Parece algo evidente que existe una relación entre la aparición de la celulitis y las fluctuaciones hormonales a que se ve sometida la mujer a lo largo de su desarrollo. Primero porque es tremendamente significativo que aparezca la patología coincidiendo con los cambios hormonales fisiológicos de la mujer (pubertad, embarazo, postparto, toma de anticonceptivos, o menopausia). En segundo lugar porque numerosos estudios hormonales certifican que tanto los estrógenos como la progesterona (ambas hormonas típicamente femeninas) tienen un efecto directo sobre el tejido graso, siendo responsables del aumento del volumen de los adipocitos en zonas específicas del cuerpo de la mujer, preferentemente en las zonas peritrocantéreas (cartucheras).



Factores enzimáticos: Las lipoproteinlipasas, trigliceridolipasas, los sistemas adenilciclasas y el AMP-cíclico, son sistemas enzimáticos cuyas alteraciones traen como consecuencia efectos en la capacidad de lipólisis y de la transformación de los triglicéridos en ácidos grasos y glicerol por parte de los adipocitos. Sistemas que sabemos en mayor o menor medida están alterados en el tejido graso de las pacientes celulíticas.



Factores psicosomáticos: Las pacientes con distonías neurovegetativas, en las que se manifiestan especialmente los fenómenos de ansiedad, estrés, emotividad etc. Poseen una mayor labilidad en el metabolismo y actuación de sus hormonas catecolamínicas (adrenalina y noradrenalina) produciendo fenómenos hiperactivos de su vasomotricidad, con lo que están mucho más predispuestas a padecer celulitis.



Factores genéticos: Es un hecho estadísticamente comprobado la existencia de “familias de obesos” y “familias de celulíticas”. Los antecedentes familiares de obesidad y de celulitis es un factor predisponente de primer orden para padecer la enfermedad.



Factores alimentarios: Que existe una relación entre sobrealimentación y obesidad es algo evidente. Pero al relacionar dieta y celulitis debemos concentrarnos más en la calidad de la alimentación que en su cantidad. Fundamentalmente podemos relacionar los hábitos tóxico – dietéticos con la aparición de la celulitis: tabaco, alcohol, comida basura, abuso de picantes y de especias fuertes etc. Y como no las consecuencias de una dieta desequilibrada, hiperuricemias, hipercolesterolemias, tendencia al estreñimiento, mala higiene de vida etc.



Factores vasculares: Son fundamentales e imprescindibles en la aparición de la celulitis. De hecho, como ya hemos comentado no existe celulitis sin un componente de alteración microcirculatoria. Es muy frecuente que las pacientes afectadas de celulitis manifiesten sintomatología vascular, principalmente de retorno venoso: dolor, pesadez, cansancio, varicosidades y varículas en las piernas etc.



TIPOS DE CELULITIS



Aunque la celulitis se puede mostrar de distintas formas en las mujeres, esta dolencia se puede agrupar en clases que nos ayudarán a identificarla:



Celulitis generalizada:

Aparece exclusivamente en mujeres obesas, con hábitos alimentarios desequilibrados. Comienza en la pubertad y con el aumento de la edad los factores suelen ser cada vez más desfavorables. Los trastornos se incrementan lo que ocasiona importantes cambios estéticos.



Celulitis localizada:

Las celulitis localizadas originan fenómenos dolorosos, las zonas donde muestra preferencia son las piernas, el abdomen, las nalgas, los tobillos, la parte inferior de la espalda, la parte superior de los brazos, la parte superior de la espalda justo de bajo de los hombros.



Celulitis dura:

Se encuentra en mujeres jóvenes de buen físico y generalmente deportistas o bailarinas, cuyos tejidos son firmes y bien tonificados y sin edemas, lo que dificulta su localización. Sin embargo es evidente que por medio de la prueba del pellizco suele aparecer la piel de naranja. En muchos casos la celulitis dura se puede originar en la adolescencia, sobre todo en la cara externa de los muslos.



Celulitis fláccida:

Es típica en personas sedentarias o aquellas que alguna vez fueron activas y ya no las son. También se presenta en personas que han sido sometidas a distintos tipos de tratamiento, en donde han subido y bajado de peso bruscamente.



Celulitis edematosa:

Se encuentra en mujeres de todas las edades, pero es mas frecuentes en jóvenes y adolescentes. Suele presentarse en muslos y parte inferior de las piernas y llega a ser dolorosa al tacto. En mujeres de edad suele presentarse como piernas gruesas. Se localizada principalmente en los miembros inferiores y la piel presenta a simple vista la típica piel de naranja.

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